Autárquicas

Es insensato que la palabra feminismo aún estimula el miedo en las muejeres, que para muchas ser feminista significa distancirse de los hombres, ser una mujer distinta, agresiva y ser vista bajo los atavíos de acero creados por murmullos. Hay mujeres que sienten decsonfianza a ser ellas mismas, expresar sus opiniones y sentimientos, quizás porque, hoy día, mantener una actitud crítica y reflexiva de frente a la sociedad no es fácil.

Para algunos, las feministas son mujeres frustradas que dan flujo a sus problemas hacia una búsqueda de un constante choque de dos mundos, entre los sexos y muchos creen que es una revancha irracional contra la supremacía masculina. Pero este miedo al feminismo parte del desconocimiento de las causas de la opresión de la mujer,  y no es más que un análisis riguroso y exhaustivo del por qué de la sumisión profana de una parte de la humanidad. La libertad de la mujer no implica nuestra exclavitud, de igual manera, no podemos soñar con ser libres si continuamos con esta opresión.

El feminismo significa la recuperación de la palabra de la mujer, de su propia historia, sin tabúes, restricciones y miedos que aten las alas de las dulces mentes de este mundo. El feminismo, pues, defiende la razón y la vida y, maravillosamente, lucha para que la palabra libertad no sea un concepto abstracto, ambiguo y privilegio de unos pocos.